domingo, 20 de marzo de 2011

GARIBALDI 413...

Garibaldi 413, Lomas de Zamora (casi Temperley, sólo separadas x una calle), fue la casa donde Nadina K se crió. La criaron... Se formó como personita, persona y más... Garibaldi 413, cuántas anécdotas, tiempos vividos, una Vida va!, toda una vida, llena de colores, de templanzas de enojos, de risas, de peleas, de miradas personales y ajenas. Toda una vida de tiempos difíciles, otros fáciles, otros emocionalmentemente fuertes y maravillosos.
La historia empieza cuando Victor K compra la casa, un terreno casi venido abajo, con mucho parque y vacios alrededor (muchos años después, se llenó de casas contiguas...), la casa era chica en un principio, con un enorme e interminable parque, de pasto verde, con ese olor... con ese olor a pasto, que cuando llovía, no sólo que perfumaba absolutamente todos los ambientes, sino que también se repletaba de inmensos hongos, vieron esos hongos blancos de cuentos?... Bueno, esos, esos mismos... (a Nadina K le encantaba pisarlos hasta destrozarlos por completo, vaya uno a saber por qué...). Ese parque verde, con tierra, repleto de árboles, limoneros, plantas de granadina...y demases (que con el tiempo se fueron desapareciendo, o mejor dicho, mamá los fue desapareciendo), toda esta arboleda estaba, y se debía a un enorme paraíso que ocupaba un lugar privilegiado en el parque. Victor k, decidió colgar una soga del mismo y mis hermanos y yo (a veces también amigos), jugábamos a treparnos y tirarnos, una y otra vez... Sin descanso. El parque nos mantenía ocupados, podíamos correr, jugar, crecer, y nos sentíamos libres. Reyna, nuestra perra, un obejero alemán de porte imponente, grande, nos acompañaba en cada uno de nuestros juegos y también se encargaba de hacer algún que otro destrozo en el parque.
De a poco, la casa de Garibaldi fue tomando forma. Al momento, tenía solo un piso con 2 habitaciones y un baño. En una habitación dormíamos Any, Martin y yo, y en la otra, papá y mamá.
En ese momento no había televisión (por lo menos nosotros no podíamos comprarla todavía), mucho menos internet, que apareció muchísimos años después, y tampoco celulares. Las actividades que había para hacer, además de estudiar, no eran muchas, diríamos que escasas. Jugar a todo, absolutamente a todo (en especial con Martin, ya que Any le llevaba 7 años a Nadina K y la diferencia en ese momento se notaba y mucho), uno de los divertimentos del momento... Era agarrar una lupa y quemar insectos con los rayos de sol que traspasaban la misma... Fulminar al insecto hasta morir y que desprendiera un inmundo olor a quemado entremezclado con vaya a saber uno con qué... también haciamos unos carritos, una escpecie de skate, tabla con unos rulemanes y lo usabamos a modo de carretilla (obvio que yo siempre quería estar arriba y Martin tenía que llevarme con una cuerda que le atábamos...
Muchos eran los juegos, y así fueron pasando los años... la casa fue tomando forma, Victor construyó un piso arriba, porque indudablemente íbamos creciendo y cada uno de nosotros 3 demandaba sus lugares de intimidad y con todo el esfuerzo del mundo, de a poquito, se fue dando...
El piso se construyó finalmente, (estuvimos varios meses sin techo, apenas con un plástico que cubría las vigas... y así de a poco, y mientras tanto, crecíamos, a pesar de seguir sin tele ni otros recursos que ahora nos parecerían totalmente cotidianos y hasta absurdo pensar en no tenerlos...
Victor pensó, a pesar de la plata justa que vivíamos en ese momento, porque realmente siempre vivimos con lo justo, decidió influenciarnos en las artes... Nadina K comenzó a sus 7 años a tomar clases de piano (sin tener piano), creo haberlo recordado en algún capítulo anterior, pero vale la pena recordarlo. No sólo que no teníamos piano, sino que realmente debíamos estudiar la teoría de la música y el solfeo (los 3) y Victor, para hacernos la tarea un poco más reconfortante, nos construyó una especie de rectángulo con las teclas perfectamente dibujadas, con regla, a modo de piano, para poder estudiar por lo menos la ubicación de los dedos y manos, ya que en las clases teníamos un flamante piano esperándonos y aprovechábamos al máximo ese tiempo.
Con el tiempo, ya con una tele en casa, nosotros un poco mas crecidos y acentados...ya teníamos el piso de arriba terminado. Any y Nadina K, compartían el cuarto (no por mucho tiempo, ya que Nadina k  tenía desesperantes y absolutas mañas que debieron resular indefectiblemente en que Any, se hiciera su cuarto abajo, el antiguo de mamá y papá), Martin, tenía el suyo propio, y mamá y papá el suyo. También teníamos un baño para nosotros 3 y había otro sólo para nuestros padres. REGLAS BASICAS DE CONVIVENCIA...
Nadina K siguió hasta los 15 años con sus clases de piano, también iba a dibujo, pintura y escultura...Realmente se había definido por el lado artístico y realmente tenía talento para desarrollárse...
Victor, en una subasta, pudo comprar un piano...Cosa que alivio el estudio, y junto con esa mejora económica que permitió esa compra, Nadina K tuvo su propio profesor particular de piano... Hasta que se aburrió y comenzó a tomar clases de violín, Instrumento que la enamoró hasta el día de hoy. Cuatro cuerdas, una belleza pura, sólo podía limpiarse y sacarle brillo con aceite de nuez, Nadina K picaba nuez, la ponía dentro de un bollito de trapo e increiblemente se desprendía un perfecto aroma y un aceite único con el que frotaba el instrumento y quedaba radiante (un violín chino de dos mangos, con las cuerdas mas caras que el mismo, pero que de apariencia podía pasar por uno de origen alemán). MI-LA-RE-SOL, cuatro cuerdas que hacían magia leyendo partituras y sacando ese sonido único por sobre todos los instrumentos existentes que hacían que Nadina K se enorgulleciera del mismo. "Nadina", le decía su maestro, "MI-LA-RE-SOL, de arriba hacia abajo, mi amor, tratá de recordar esta palabra: Milanesa...MI-LA-NE-SA---MI-LA-RE-SOL, y así fue, así aprendió el orden de las cuerdas sin confusiones....
Garibaldi 413, no sólo fue testigo de todo este arte que ayudó a Nadina k a formarse como persona, sino que lo fue de todas las alegrías y tristezas de su vida. Sus amigos, sus salidas, sus juntadas, su primer pucho en el bañito del fondo, su primer beso, su primera borrachera, su primer amor...Sus primeras obras, artísticas y literarias...(Nadina K solía leer y escribir mucho)... Garibaldi 413, esa casa que pasó de ser un terreno a una belleza de casa donde cada persona que entraba no quería irse, era acogedora, cómoda, cálida, luminosa, en cualquier lugar que estuvieras la luz te seguía. Esta casa también fue testigo de las primeras muertes cercanas por las que tuvo que hacer duelo Nadina K, cosa que no entendía muy bien... La muerte, pero tema que siempre le llamó la atención.
Con el tiempo, y mucho, mucho después... A sus 22 años, Nadina k tuvo que abandonar la casa... Se perdió, hubo deudas, problemas...Se perdió, así sin mas...
Y así sin más, a pesar de todo el sufrimiento que una persona pueda sentir, ese dolor caliente y frío a la vez que te hace pensar en todas las cosas que vas a perder, tus amigos, tus lugares, tus amores, tus salidas, tus mates a la vuelta en la casa de Moi o de Malu...Teatro, música, dibujo, y ahora???? De verdad... Y ahora???
Largas horas de llanto acompañaron sus amigas frente a esta determinación de Victor, que a fin de cuentas no estaba tan errada ya que todas las actividades que hacíamos, o su gran mayoría, todas referentes al estudio claro, eran en el centro... Sólo que Nadina K tenía su mundo allí, en esa casa, esas calles de adoquines y casas inglesas...En esas caminatas interminables por la Av. Meeks... A pesar de todo ese dolor encarnado, pataleando y llorando y recriminando una y otra vez... La familia K, se mudó al centro... AL CENTRO, lo que Nadina K juró una y otra vez que jamás haría en vida (obviamente ahora tiene una perspectiva totalmente distinta del asunto)... se tuvo que ir...Y se fue... Claro que no participó de la mudanza ni de nada que implicara la "CASA NUEVA", un departamente divino en Recoleta...
Nadina K pensó que estaba perdiendo su escencia de barrio, le dio miedo, mucho miedo. creo que por primera vez en su vida se vio no sólo aterrorizada sino desconcertada...
Nadina K nunca mas volvió a sentirse en casa... Esa era la sensación... EN TEMPERLEY ME SIENTO EN CASA....
Y vida nueva...

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